“Mi reto fue vencer el miedo a atreverme”

Mineras del Bicentenario representa el empoderamiento que nos reafirma que no somos el sexo débil, sino que somos capaces, somos fuertes, y que nuestro talento no se mide según nuestro género. Con nuestro trabajo, día a día estamos demostrando que nosotras podemos desempeñarnos en el rubro en el que deseemos estar. Si tenemos igualdad de oportunidades, así será. El mayor reto fue vencer el miedo a atreverme y demostrar que puedo realizar el trabajo igual o mejor que un hombre, porque una mujer es más minuciosa y observadora, y el desafío pendiente es seguir preparándome para liderar un equipo de trabajo. Al inicio, cuando comencé, tenía muchas dudas: si me harían a un lado, si realmente podría abrirse un espacio de crecimiento en este rubro. Cuando era estudiante, en una visita guiada a una empresa minera, observaba con gran interés y sorpresa el tamaño de la maquinaria pesada, y fue ahí cuando me propuse regresar, pero no como visitante, sino como operadora de una de esas máquinas. En ese momento se convirtió en mi reto profesional.

En mi caso, estuve cinco años en una misma área, pero quería manejar el cargador frontal, y en ese momento mi supervisor me recomendó capacitarme para estar mejor entrenada. Se debe trabajar día a día para dar visibilidad a las mujeres en la industria minera. Debemos tener en cuenta que las oportunidades no llegan solas, se deben buscar. Conciliar la vida familiar y la laboral es un reto que implica mucho esfuerzo para nosotras, para poderlo asumir y realizar. Invito y animo a más mujeres a no dejar una meta por ese temor. Es importante capacitarnos, para estar preparadas en el manejo de los equipos modernos; ello es un reto diario, pues la tecnología avanza y nosotras también, ya que estar capacitadas nos ayuda a reducir esas brechas.