Rudencindo Mayta: El montonero que luchó por la libertad

» En el Bicentenario por la Independencia del Perú, debemos recordar al guerrero que armó con rejones, hondas y liwis a 33 hombres y 13 mujeres

En el Bicentenario de la Independencia del Perú, es importante recordar, que existen muchos personajes y hechos históricos que contribuyeron a la libertad de la patria. El escritor Apolinario Mayta, que recopiló muchos de estos hechos en sus libros, nos habla de la batalla olvidada. Aquella, que se produjo en Acolla, Pucacocha y Cruzpata, la noche del 20 de noviembre de 1820, donde luchó y se inmoló, el montonero y héroe acollino, Rudencindo Mayta Cáceres.

Ese mismo día por la mañana, fue la proclama de la Independencia en Huancayo.

Cabe recordar, que esta batalla fue la primera victoria de la expedición libertadora de Antonio Alvarez de Arenales, enviada por Don José de San Martín a la sierra central.

Tal como lo cita, Apolinario Mayta. “Esta gesta heroica apenas roza pálidas líneas en la historia oficial. Sin embargo fue un jalón de vital importancia en la Guerra de los 44 Años por la Independencia. Sobre todo los enormes efectos psicológicos que produjo entre los patriotas y, causando tremendo golpe moral en las invencibles filas realistas, que se jactaban 300 años de triunfo.

HECHOS. La épica jornada de Puchococha; ocurrió cuando los españoles la noche del 20 de noviembre de 1820, se aprestaban a saquear e incendiar a Jauja, la Primera Capital del Perú. No obstante, en la Batalla de Puchococha-Acolla, los patriotas capturaron al temido intendente de Huancavelica, brigadier realista José Montenegro y Ubalde. Los realistas apresuradamente abandonaron la ciudad rumbo a Tarma por Acolla y Yanamarca, el Valle Sagrado de los WankaXauxas. Los historiadores y soldados se refieren a la Batalla de Puchococha, coincidentemente como: “cuesta de Jauja” o “cerro de Auxiuvilca”. Se trata de la cuesta de Puchococha y Cruzpata del pueblo de Acolla, situada a 1 km al noroeste de Jauja.

En aquella, época el mayor

Lavalle al mando de 40 granaderos a caballo, 15 oficiales voluntarios, y gracias al arrojo

de los montoneros acollinos, comandados por Rudecindo Mayta Cáceres; a las 9 de la noche del 20 de noviembre de 1820, les dieron alcance en la cuesta entre Puchococha y Cruzpata del pueblo de Acolla. La refriega duró menos de una hora.

Los montoneros acollinos y su capellán Pedro José Bernuy, se asomaron por las lomas de Cruzpata, descendieron a la quebrada de Puchococha con aire orgulloso y hostil. Conocedores del terreno como la palma de su

mano, dominaron con la rapidez de un rayo, poniéndose a tiro de fusil. Temeridad que le costó la vida a Rudecindo Mayta Cáceres, alcanzado por una bala enemiga, siendo ultimado a sablazos.

Las huellas de este humilde héroe acollino y jefe montonero, que dio su vida por la libertad, se borraron bien pronto de las páginas de la historia, pero, sus huesos reclaman de la Patria el justo homenaje. Murió envuelto en las llamas de la victoria, glorificando la gesta libertaria. Ahora, queda honrar su memoria.

ASCENDENCIA. Nacido hacia 1783. Descendiente de la raza aymara y en línea directa del Curaca de Ajolla, Melchor Mayta Canchari, quien murió en 1710 arrastrado por el caballo del negro Jacinto Hurtado, por rebelarse contra los abusos de los hacendados de Yanamarca, en defensa de las tierras de su ayllu.

De color arcilla, robusto de ancho tórax, de buen porte forjado en las entrañas de la Mamapacha. Brazos hercúleos y mirada felina de puma. El Jefe Montonero Rudecindo Mayta Cáceres, estuvo presente en la proclamación de la Independencia de Huancayo el 20 de noviembre de 1820. Asimismo, firmó el Acta que fue redactada por el cura patriota Estanislao Márquez. Por orden del general Álvarez de Arenales, al enterarse de la fuga de los españoles hacia Jauja.