CONSTRUYAMOS UN PAIS VERDADERAMENTE SOSTENIBLE IX

Hace más de veinte años nació la revista CONSTRUCTIVO, apoyándonos en la información que teníamos sobre las políticas de Vivienda y de impulso a la Construcción tenían mucho que ver con el desarrollo económico y social de los países.

Iniciamos nuestra revista y editoriales con un lema…”CONSTRUYAMOS UN PAÍS DESARROLLADO”, después de esperar varios años, que esto ocurriera, adoptamos uno más pragmático y realista…”CONSTRUYAMOS UNA RUTA AL DESARROLLO”. Finalmente hace un año, en la edición N°143, propusimos: “CONSTRUYAMOS UN PAÍS VERDADERAMENTE SOSTENIBLE I”. Hoy estamos en el número IX. Siempre teníamos la duda de poner un membrete adecuado a la etapa en la que nos encontramos. Hace pocos días leyendo un artículo del importante periodista Ángel Páez, encontramos un apoyo cuando transcribía la experiencia de Albert Camus quien era el responsable del periódico Combat, vocero de la resistencia francesa, quien decía que “el periodista es un historiador sobre la marcha y su principal preocupación ha de ser la verdad. Mencionábamos en la edición N°144 que el Covid-19 había ocasionado 20,000 fallecidos y muchos contagiados, y a la fecha, un año después, nos acercamos a los 200,000 fallecidos de acuerdo con los últimos criterios presentados por nuestro país a la OMS, y miles de afectados que esperamos se vayan recuperando lentamente. Mencionábamos también que la pandemia nos llegó con unas “condiciones preexistentes” muy desfavorables, es decir con una población en situación de pobreza, sin vivienda digna, sin agua, ni alcantarillado, sin equipos de refrigeración para sus alimentos, con un sistema precario de transporte y con una opción de trabajo en la informalidad, en por lo menos un tercio de nuestros habitantes.

Los resultados del proceso electoral en la primera vuelta, con dieciocho candidatos, nos confirma que no tenemos un verdadero partido político que los respalde, menos un verdadero plan de gobierno y equipos de técnicos reconocidos. Aproximadamente el 80 por ciento no respaldó a los candidatos que pasaron a la segunda vuelta.

Nos encontramos en esta etapa, en la compleja y misteriosa tarea de encontrar el mal menor. Es decir, el 28 de julio del 2021 estaremos conmemorando el Bicentenario de nuestra Independencia con una nación sin rumbo definido ni orientado, con responsables de la gobernabilidad y una mayoría incierta en el nuevo parlamento.

El especialista en análisis de política, Juan de la Puente, nos decía hace algunos meses que somos un país sin ideas.

Creemos que ideas existen, no encontramos las condiciones favorables para un diálogo inteligente. Las fracturas y los intereses personales lo impiden. No se entiende que es urgente buscar que el bien común y el interés nacional sean las claves de nuestro futuro.

Necesitamos un verdadero sistema de partidos políticos nacionales, con un ideario que nos diga cómo ven al Perú y cuál es su propuesta para lograr su desarrollo. También las bases de una reforma del Estado y un compromiso para que presidentes, ministros, gobernadores y alcaldes, por lo menos, cumplan con una rendición de cuentas anualmente o en cada cambio de autoridades. La democracia, la paz y el Estado de Derecho no pueden ser amenazadas.

El sector Construcción tiene un enorme c a m p o p a r a a c t u a r, n e c e s i t a m o s u n a integral política de Vivienda y Desarrollo de nuestras ciudades. También que las obras de infraestructura cumplan con un plan de prioridades, primero reduciendo la vulnerabilidad de los peruanos, luego las que tienen impacto en el desarrollo económicosocial del país y, en tercer lugar, atendiendo a las desigualdades entre las regiones. La corrupción y la impunidad tienen que desaparecer, el Perú tiene un enorme futuro si tomamos las decisiones pensando primero en el interés nacional y también en el bien común. No hay tiempo que perder.