EDITORIAL

Imaginemos que nos encontramos en una amplia habitación completamente a oscuras. De pronto, una persistente luz se cuela entre las rendijas de la única ventana e ilumina una porción muy pequeña del lugar: esa es la mejor metáfora del conocimiento. La luz que vence a la oscuridad, a la ignorancia. Y la ignorancia es la oscuridad que nos mantiene sin saber lo que existe en aquella habitación, que a su vez representa al mundo. Depende de nosotros esforzarnos por abrir aquella ventana para sobrecogernos con su luz, con su conocimiento.

La arquitectura también está presente en este proceso de formación, ya que busca hacer tangible al conocimiento con estructuras físicas. Y la luz está directamente relacionada con la manera en que percibimos un espacio abierto o cerrado. Por ello, en esta revista que usted tiene entre sus manos nos enfocamos en las actuales tendencias para el uso de la luz natural o artificial, que no es más que el desarrollo de la sostenibilidad inteligente a través de potenciar los espacios con el mínimo consumo de energía. Pero sin descuidar la belleza y la funcionalidad del diseño, en armonía con lo mejor de la tecnología.

En esta edición de arq. iluminamos el mundo.