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OPINIÓN

POR LUIS ARCE

Luis Arce, 3g-office

En los últimos años nos encontramos con una revolución en el diseño del workplace. Un debate interesante y muy saludable de cara a los usuarios y rentable también para las empresas. En el Perú hemos dado un paso hacia adelante y muchas empresas ya están adoptando modelos más flexibles, pero aún nos queda camino por andar.

El nuevo modelo flexible de espacios de trabajo tiene que responder a las nuevas generaciones, al bienestar de estas y a la tecnología. Todos estos aspectos están vivos, cambian y se transforman constantemente; y se hacen cada vez más frecuentes sus actualizaciones con el paso de los años.

La actualización generacional se está dando con los millennials, quienes tienen conceptos diferentes en relación al trabajo y pronto serán mayoría en las empresas. Y sin darnos cuenta, detrás de ellos, en pocos años, vendrá la generación Z con características también diferentes.

La tecnología hará lo suyo y actualizará la potencia de los equipos móviles, automatizaciones, softwares, etcétera.

Entonces, ¿cómo crear un espacio que se adapte a estas situaciones cambiantes?

Rem Koolhaas, en 1996, hablando de Singapur dijo: “Es una ciudad enteramente nueva y al mismo tiempo está increíblemente pasada de moda. Es una ciudad ‘real’ donde los absolutos se han convertido en obstáculos”. Lo decía porque Singapur había sido diseñada para el momento, completamente planeada; lo contrario a lo flexible. En la misma entrevista, Koolhaas cuenta: “En una Isla en Tailandia encontré un modelo aún más adelantado: un mínimo de electrónica y un mínimo de esencia (bambú, hojas de palma, hierro corrugado). Esta especie de ‘ligereza’ parece muy capaz de lidiar con cualquier cosa que se presente en el siglo XXI”.

Los cambios dentro de las empresas por temas de reestructuraciones internas de personal o de interacción entre los departamentos se dan constantemente, y algunos demandan asimismo cambios en la infraestructura (en nuestra experiencia local estos cambios se están dando cada 2 o 3 años). Por esto, es necesario prevenirlos desde una etapa inicial de investigación y análisis previa al diseño. Conocer la empresa en todos sus aspectos: qué hacen, cómo se ven, planes de futuro, adaptabilidad a los cambios tecnológicos y generacionales, etcétera. Aquello nos permite prever modificaciones en la infraestructura y en el espacio, hacer la la oficina más flexible y que se adapte mejor a estos cambios.

Nuestro reto, entonces, no es solo diseñar para responder a la necesidad actual de las empresas; tenemos que diseñar un modelo flexible y fácilmente cambiable que posibilite adaptarse a la constante evolución que la tecnología y las nuevas generaciones traen consigo. Esto no solo ayudará a que el espacio sea siempre el adecuado para los empleados, sino que los cambios de infraestructuras futuros se verán minimizados en tiempo y en costo.

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2017-03-30T07:00:00.0000000Z

2017-03-30T07:00:00.0000000Z

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